La mayoría de las personas con asma piensan que el ejercicio sólo emporará su condición, pero esto no puede estar más alejado de la verdad. Un estudio publicado en The Cochrane Library, indica que las personas con asma responden de manera similar al ejercicio que las personas que no padecen la enfermedad.
El estudio incluyó a 772 personas, todos mayores de 8 años y con distintos niveles de asma. Cada persona debía de completar 20 a 30 minutos de algún ejercicio aeróbico –como nadar o utilizar una caminadora- de 2 a 3 veces por semana, de 6 a 16 semanas en total.
El estudio demostró que las personas con la enfermedad no tuvieron reacciones adversas al ejercicio. Al contrario, las personas con asma lograron incrementar su condición cardiovascular, sus medidas de oxigeno fueron más altas y lograron obtener una mejor calidad de vida.
Para comenzar a hacer ejercicio cuando se tiene asma, es importante empezar poco a poco y aprender a respirar para fortalecer los pulmones y el corazón.
Una manera de empezar puede ser caminando 20 a 30 minutos diarios, siempre inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Mientras más suaves y consientes sean tus respiraciones lograrás mantener el ritmo y te será más fácil crear condición.
En Youtube hay muchos canales con clases gratis de diferentes ejercicios. Puede que al principio te sientas frustrado porque sólo has aguantado el calentamiento, pero ten paciencia, no te desanimes y continua ejercitando aunque sólo hagas 5 minutos de cardio, verás que poco a poco tendrás más condición y aguantarás más tiempo.
Otro ejercicio que puedes hacer siendo principiante es el yoga, ya que uno de los factores más importantes del yoga es la respiración. Comenzando con rutinas cortas puedes ir creando condición e incrementar poco a poco la dificultad e intensidad del ejercicio. Existen diferentes técnicas de respiración para aumentar la capacidad pulmonar, aquí y aquí puedes ver algunas de ellas.
Recuerda que es muy importante que si sales a caminar o trotar a la calle y el clima es frío, debes utilizar una bufanda que cubra tu boca y nariz para que el aire se entibie un poco y te cueste menos trabajo respirar.
Siempre consulta a tu médico antes de comenzar cualquier rutina de ejercicio y asegúrate de que comiences poco a poco. Escucha a tu cuerpo y desarrolla paciencia para que los resultados de tu ejercicio sean 100% positivos.
Nunca hagas ejercicio sin tener a la mano tu broncodilatador o los medicamentos que necesites para controlar el asma.
Pero sobre todo, no te sientas intimidado por ejercitarte, el ejercicio ayudará a que tus pulmones, bronquios y corazón funcionen mejor y verás que el asma será cada día más controlable y te sentirás mucho mejor.
Y en mi experiencia personal con el asma y alergias, el salir a la naturaleza, practicar meditación y especialmente el ejercicio han hecho una gran diferencia en mi calidad de vida.
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