Dos plantas de la misma especie crecen lado a lado. Una es atacada por insectos, la otra no. En una de las plantas, algunas de las hojas son comidas y otras no, Esto no sucede al azar, sino que es causado por los hongos que viven dentro de las hojas y las raíces de la planta.
Imagina que sostienes el tallo de una flor Dahlia como la de la foto que aparece arriba. ¿Cuántas especies estás sosteniendo? La respuesta ciertamente no es 1, sino probablemente alrededor de 20 o 30. Esto es porque cada planta tiene hongos y bacterias que viven en su superficie (llamadas Epífitas) y dentro de sus tejidos (llamadas Endófitas).
Sí el tallo aún está adherido a sus raíces entonces el número de especies fácilmente se duplica. Las raíces contienen muchas endófitas y un grupo de distintos hongos llamados Micorriza. Estos hongos crecen dentro de raíces de plantas y forman una relación simbiótica en la cual el hongo dona nutrientes a la planta (prácticamente fosfato y nitrato) a cambio de carbono.
Ha habido un aumento de interés en estos hongos, ya que su presencia puede afectar en el crecimiento de insectos que atacan a las plantas. Un estudio reciente muestra que los hongos micorriza reducen el crecimiento de muchos insectos al incrementar las defensas químicas de las plantas. Este estudio también muestra que los hongos endófitos, los que viven dentro de los tejidos de las plantas, pueden causar que la planta produzca nuevos químicos.
Las endófitas y micorrizas pueden ser vistas como los guardaespaldas de las plantas, en donde las 2 partes de benefician de esta relación. El hongo recibe refugio y recursos, mientras que la planta gana un sistema de protección natural contra las pestes. El reto para el humano es lograr explotar este recurso en la agricultura y la horticultura.
Sin embargo, este tipo de hongos son raros en plantas de cosecha debido a años de fungicidas, fertilizantes y plantas genéticamente modificadas. Las cosechas modernas carecen de estos hongos, a diferencia de las que crecen en un ambiente no controlado o salvaje.
Las plantas pueden escoger su propio hongo
En un campo de flores silvestres, muchas plantas crecen muy cercanas a otras pero cada planta puede tener hongos completamente distintos al de su vecina. Aunque las plantas crecen bajo las mismas condiciones, con las mismas esporas volando alrededor, aparentemente pueden escoger que tipo de hongo colonizará sus tejidos.
Tal vez lo más intrigante es que diferentes hongos ejercen distintos efectos en insectos, un fenómeno llamado “especificidad ecológica”. En la naturaleza, las plantas parecen escoger los hongos que les proveerán mayor beneficio. Sí los humanos utilizamos esto en la agricultura, el desafío será conseguir la combinación correcta de hongos que proveerán cosechas protegidas contra pestes y enfermedades.
Hay un grupo separado de hongos, llamados entomopatógenos que también pueden vivir dentro de los tejidos de las plantas, pero si un insecto come una de las hojas infectadas por este hongo, morirá. Hay evidencia que muestra que las plantas prefieren ser colonizadas por este tipo de hongo.
El internet de los hongos
Los químicos producidos por todos estos hongos viajan a través de la planta. Algunos de los hongos que colonizan las raíces pueden cambiar la química de la planta anfitriona para mantener a los insectos come hojas totalmente alejados, así que para lograr eliminar pestes en los cultivos es recomendable plantar en un suelo rico en microbios.
Otro hongo micorriza (de las raíces) puede cambiar la química de las hojas de la planta y se ha descubierto que estos químicos pueden reducir el crecimiento de insectos haciendo que las hojas sean menos comestibles, mientras que ayudan a la planta a atraer insectos parasitoides que atacan a animales herbívoros.
Tal vez lo más emocionante es el descubrimiento de que redes de hongos en el subsuelo pueden enlazar varias plantas juntas. Los hongos que vemos arriba de la tierra son simplemente parte del cuerpo de un organismo mucho más grande creciendo bajo la superficie, compuesto de un material tipo tela o hilos llamado Micelio.
Cada hebra de micelio (hifa) tiene una estructura como un tubo de drenaje. Cuando las plantas son atacadas por insectos, producen químicos de alarma que son transportados por todo el “vecindario” de plantas a través de esta red (micelio). Las plantas que aún no han sido atacadas responden a esta señal de alarma produciendo químicos que mantengan a raya un ataque.
Esto puede ser el por qué se piensa que la jardinería que no desentierra a las plantas produce cosechas más saludables a comparación de la agricultura comercial, en donde esta red de hongos es continuamente dañada por el arado.
Plantas y hongos no existen en aislamiento, sino que forman una Guerra cooperativa en contra de los insectos. Y mejor aún, los hongos son perfectamente comestibles – así que si comiste una ensalada recientemente, puede que tengas muchos endófitos dentro de tu estomago.
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