¿Estás listo para subirte a un drone y dejarte llevar por las maravillas de la tecnología aeronáutica? Podría parecer que esa idea va en contra del concepto de drone, pero en opinión de Ehang —una compañía china que se especializa en esta clase de maquinaria— es el siguiente paso natural para la relación entre humanos y aeronaves manejadas a control remoto.
Lo único extraño es que estos drones no estarían controlados por quien va en el interior, sino que una inteligencia artificial se encargará de hacer todas las maniobras y dirigir el recorrido. Suena fabuloso y muy conveniente... siempre y cuando esa IA sea casi perfecta, lo cual probablemente no sea el caso.
¿Qué pasará cuando el cielo se llene de estas máquinas? Respuesta obvia: tráfico en las calles Y en el aire
Dándole crédito al llamativo proyecto, el Ehang 184 —así se llama este "coche volador" con hélices— está diseñado para evitar accidentes. Además de que puede cargar hasta 100 kg con sus 8 propulsores y que tiene la capacidad de recorrer un máximo de 100 kilómetros, cuenta con 2 sistemas de sensores para evitar redundancias —o sea que tengas una pared enfrente y las cámaras no la vean por alguna razón—.
En teoría la aeronave puede despegar, seguir una ruta, evadir obstáculos y volver a aterrizar de forma completamente automática. Lo único que tienes que hacer es poner el destino para que el drone se encargue del resto. Se supone que ante algún desperfecto, el drone puede descender lentamente en el punto donde se averió o, si las cosas no son tan graves, buscará el lugar más seguro para aterrizar.
También está protegido contra tormentas, aunque no tiene "permiso" de despegar si el clima es peligroso. Pero en caso de que todo falle, hay un piloto de emergencia que puede tomar los controles y ayudarte a recuperar el rumbo o dejarte a salvo en tierra firme.
A pesar de tooodo eso, me parece que es una terrible idea. Vamos, no hace falta ir muy lejos, pues hay tantos accidentes con drones que no imagino cómo será cuando comiencen a llevar personas en su interior. Y ni siquiera es paranoia, al contrario, me encantaría poder subir a uno de estos increíbles vehículos y mejor aún, que me lleve a la oficina por encima de todo el tráfico. Es sólo que quiero sobrevivir a tan emocionante experiencia.
Aunque el CEO de Ehang, Huazhi Hu, asegura que hay un gran esfuerzo por garantizar la seguridad de los pasajeros, en definitiva lo más saludable es ver el concepto con reservas, justo como hacemos con los prototipos de autos deportivos. A distancia se ve bien, pero tiene mucho por demostrar. Por ejemplo, ¿cuál es el límite de altitud? O ¿Cómo se adaptarán las pequeñas hélices a los cambios de temperatura? Después de todo, cuando el aire está caliente los rotores producen menos impulso, así que la IA debe tener suficiente astucia para decidir cuánto hay que elevarse ante un edificio o árbol que tiene enfrente.
Comprar el Ehang 184 no parecer ser la opción para nosotros los mortales, porque costará entre $200,000 $300,000 dólares, así que ojalá Uber se interese en él y lo convierta en la evolución de sus servicios. Obvio después de que sea 100% seguro.
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