La hamburguesa negra edición especial de Burger King con motivo de la celebración de Halloween ha causado gran furor desde su aparición. Algunos al verla experimentaron un sentimiento de misterio y antojo, otros un asco total, y para el resto una muestra más del marketing capitalista de nuestra sociedad. Fuera lo que fuera, nadie esperaba que al comer la épica hamburguesa, ésta generará efectos secundarios a la hora de ir al baño.
Iré directo al grano, las personas que ingieren la famosa hamburguesa presentan heces —por no decir otra palabra— verdes, así es green poop. Estoy seguro que nadie venía venir tal reacción. Este tema para variar se ha salido de control y ha inundado las redes sociales con el hasthag #GreenPoop.
Las personas que antes ni entraban a Burger King y eran fieles súbditos del payaso Ronald, se han aventurado a probar la dichosa hamburguesa sólo para comprobar de qué color es lo que desechan. Cuanto más se acerca la noche en que todos se disfrazan, más aumenta la demanda de este producto por parte de los consumidores que pareciera quieren tener el color verdoso en sus heces, para no sentirse excluidos.
Debo ser sincero y matar sus sueños. Esto sólo pasa en Estados Unidos, ya que ahí los colorantes que usan y saborizantes para la carne son más artificiales que en otros países, lo que produce el color verde. Sin embargo, puede que por esas casualidades de la vida consigan el famoso color, si es así, ya saben qué hacer: compártanla para que todo mundo sepa del gran acontecimiento.
Ahora que ya lo sabes, es tu decisión ir por una —no tan—deliciosa hamburguesa negra a Burger King. Espero tengas un buen día y que si visitas uno de los restaurantes del rey no te pase lo que a este niño:
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