Si los protagonistas de las caricaturas clásicas de Disney y Warner Bros. fueran animales verdaderos, ya estarían muertos —recuerda, la mayoría de ellos “nació” entre 1930 y 1940—. Pero si tuvieran una longevidad algo parecida a los humanos, de todos modos estarían en el umbral del más allá. Después de todo, tanto ajetreo, corretizas y golpizas le cobran caro la factura al cuerpo.
Con ese pretexto al artista ruso Andrew Tarusov se le ocurrió ilustrar cómo se verían las celebridades caricaturescas de antaño si tuvieran algunas décadas encima. Por supuesto, la suerte no sería igual para todos.
Mickey Mouse estaría disfrutando de la fortuna por las regalías.
Goofy llevaría algunos años de vagabundo, gracias a que su malagradecido hijo lo echó de la casa.
Donald se la pasaría en Las Vegas apostando todo lo que recibe de pensión.
Y Daisy, tras haberse separado de Donald, seguiría buscando en Hollywood el papel protagónico que Disney nunca le dio.
Bugs Bunny se habría adaptado a la nueva era y después de extorsionar a algunos genios de Silicon Valley, les hubiera quitado sus compañías multimillonarias.
Porky, por alguna razón incomprensible, sería un magnate de la industria musical.
Y Daffy sería un capo de la mafia (¿creías que tanta codicia iba terminar bien?).
El resto se habrían dado cuenta de que no importa qué tanto te reinventen, hay fama que nunca pega 2 veces.
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