Cuando Netflix anunció que intervendría en la producción de una nueva temporada de Arrested Development, una serie de comedia de mucha calidad, pero de nicho y por tanto con pocas probabilidades de sobrevivir (ya había sido cancelada), el panorama no se veía alentador. Y es que el negocio de Netflix parecía decaer. En Estados Unidos, a pesar de que el formato físico ya no es el reinante, es todavía el mayor aportador de utilidades para la empresa, lo cual suena algo extraño tomando en cuenta que Blockbuster ya está retirándose del negocio.
El punto es que muchos de sus problemas comenzaron cuando Netflix aumentó su tarifa, tanto en formato físico como en el servicio en línea. Los usaurios comenzaron a cancelar sus suscripciones en favor de otros servicios, como Hulu. Pero parece que Netflix tenía un as bajo la manga, literalmente.
Arrested Development ya ha sido producida, aunque todavía no se ha puesto a disposición de los usuarios. Sin embargo, a la salida de House of Cards, la serie de intriga política dirigida por el realizador David Fincher, Netflix puso a disposición de cualquier persona el primer episodio, tuviese una suscripción o no. Aún más curioso, los trece episodios de la serie fueron subidos al mismo tiempo.
La estrategia de Netflix podría estar dando frutos. En una encuesta realizada a 1,229 personas con acceso al servicio, 10% vio por lo menos uno de los episodios de la serie protagonizada por kevin Spacey. La mayoría, vio un promedio de seis episodios y el 19.4% terminó la temporada completa.
Lo más importante: el 86% de los encuestados dijo que consideraría el no cancelar su suscripción al servicio gracias a House of Cards. Ello podría significar más que solo la confirmación de temporadas futuras, en realidad podría ser el primer paso para que Netflix se vuelva una cadena televisiva con todas las de la ley, excepto, claro, sin estar atada a los horarios o a los patrocinadores.
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