Una familia de Guleph, en Ontario, Canadá, decidió deshacerse de sus tablets, smartphones, Internet, computadoras, televisores de alta definición y todo lo demás para vivir sólo con lo existía en la década de los 80.
Blair y Morgan McMillan optaron por reemplazar sus DVD por VHS, el smartphone por un teléfono de disco, Internet por enciclopedias y Angry Birds por árboles y pájaros reales, cuando en un día soleado, Blair invitó a uno de sus hijos a jugar en el jardín y éste le contestó que prefería jugar con un iPad. Al recordar que en su infancia los niños salían a jugar, los padres decidieron que su familia necesitaba tomar un descanso de la modernidad y vivir en una época más simple, en donde lo análogo reinaba y la tecnología, a pesar de ser muy importante, no dominaba por completo sus vidas.
El transportarse 3 décadas en el pasado puede resultar una tarea complicada, pues la familia debe encontrar películas y caricaturas en formato VHS, cassettes de música y juegos de Nintendo sin el uso de Internet; pagar sus cuentas yendo personalmente al banco, usar mapas de papel para viajar y pagar $20 USD para revelar un rollo después de haber tomado fotos de sus hijos con una cámara análoga.
Los McMillan aclaran que no están en contra de la tecnología, ya que reconocen sus contribuciones para mejorar la calidad de vida; sólo quieren una probada del pasado y mostrarle a sus hijos como sería el mundo sin los avances modernos.
Blair comentó que tomó la decisión de llevar a cabo este proyecto ahora porque en el futuro tal vez sea incapaz de hacerlo, ya que cierta tecnología que usan en su experimento, como los teléfonos de disco, están a punto de desaparecer, y si hubiera postergado esta idea unos 5 años, tal vez hubieran sido incapaz de lograrlo. A esto añade que el proyecto ha unido a su familia, pues la ausencia de redes sociales y mensajes de texto han ayudado a la interacción directa entre sus miembros, lo que, a su vez, mejora la comunicación y los ha hecho conocerse más a fondo.
Algo curioso es que hasta los visitantes de su casa viven ese estilo de vida, ya que la familia guarda los dispositivos móviles de sus invitados en una caja y se los devuelve hasta que se van de su hogar.
Este proyecto pone en consideración los enormes cambios que la parte más civilizada de la humanidad ha experimentado en tan sólo unos años gracias a los avances científicos. También nos hace imaginar cómo serían nuestras vidas sin Internet, sin mensajería instantánea, perder todo contacto con nuestros conocidos al salir de casa, leer sólo libros impresos y jugar videojuegos de 8 bits para pasar el rato.
La familia solo vivirá un año atrapada en los años 80 y está registrando todo el proceso con la esperanza de poder crear un documental de su viaje en el tiempo, el cual terminará en abril de 2014.
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