Fitbit ya es toda una experta en temas de bandas deportivas, llevan una interesante trayectoria que les ha servido para que con cada nueva versión de sus productos, se incluyan mejoras para ayudarnos a tener una vida saludable. Y la Fitbit Charge 4 es una prueba de esto. Estas son mis impresiones.
Una banda deportiva para todos
La Fitbit Charge 4 sigue esa tendencia de diseño de casi todas las bandas de hoy, de hecho es muy similar a la Charge 3, pero un poco más grande. Además, a diferencia del modelo anterior, que estaba fabricada en aluminio, la más reciente apuesta de Fitbit está compuesta de un polímero que podría dar la sensación de ser más barata. La realidad, es que con toda la tecnología que metieron, la empresa decidió fabricarla de este tipo de plástico para no incrementar su costo. Yo creo que fue buena decisión, pues se siente bien construida.
Su pantalla táctil OLED es monocromática y ofrece la información necesaria, además de tener buena visibilidad a la luz directa. Pero su acabado brillante puede ocasionar reflejos indeseados en determinados momentos.
La edición que probé incluye dos correas: una de silicona, ideal para mojarla, y otra de una especie de tela plastificada que la hace lucir más como un reloj de vestir. También soporta mojarse, al menos yo es la que he usado y de repente, por olvido, me he metido a bañar con la Charge 4 puesta y tanto la banda, como la correa siguen como si nada.
Y sí, la Fitbit Charge 4 resiste hasta 50 metros bajo el agua. Pero la compañía no recomienda usarla en saunas o baños calientes.
Vaya, es una banda deportiva discreta, elegante, resistente y extremadamente cómoda al grado que puedes dormir con ella -y medir tu calidad de sueño- y sólo quitártela para cargar la pila. Yo, como ya dije, me he metido a bañar con ella puesta más por olvidarme que la traigo puesta, que por otra cosa, pero Fitbit recomienda no hacer eso.
Ahora con GPS integrado
Uno de los puntos que la Fitbit de la edición pasada no tenía, en su edición normal, era la falta de GPS, por lo que era necesario tener el teléfono a la mano para registrar nuestras rutas. Ahora ya no es necesario, pues todas las Fitbit Charge 4 ya tienen GPS integrado. El uso del GPS en modo continuo baja la vida de la batería a unas 5 horas, a diferencia de 7 días de uso normal.
Con el GPS es posible prescindir del teléfono y salir a correr o andar en bici, sin necesidad de cargar el teléfono, y la banda registrará con bastante exactitud la ruta.
Respecto a la medición de actividades, Fitbit sabe hacer su chamba. Con tan solo ponerlo en la muñeca, el Charge 4 empezará a medir los pasos, los kilómetros equivalentes recorridos, la kilocalorías quemadas, minutos de actividad, el ritmo cardiaco y, si nos dormimos la banda puesta, nuestra calidad de sueño. En este último sentido, gracias a la monitorización continua del ritmo cardiaco, nos da información mejorada de nuestros ciclos de sueños y tengo que decir que es bastante preciso.
Además, algo que me encanta, es que reconoce de manera automática algunos ejercicios. Esto me ha resultado básico, pues no siempre me acuerdo de activar la actividad que estoy a punto de hacer. Entre los ejercicios que reconoce están las caminatas, carreras, bicicleta al aire libre, elíptica, ejercicio aeróbico, deporte general (como fútbol) y nadar. Y también podemos hacerlo de forma manual, si así lo preferimos.
Una app muy social
La app de Fitbit, necesaria para configurar nuestro dispositivo, nos presenta datos muy detallados, con gráficas y números de toda nuestra actividad física, incluyendo nuestro ritmo cardiaco y nuestras zonas de sueño. Además nos ofrece tips y recordatorios para llevar una vida más sana, incluso incluye un ejercicio de respiración para esos momentos de estrés. Y sí funciona, ¡eh!
Donde Fitbit lleva una delantera impresionante, con respecto a otras marcas, es en el aspecto social. La app también nos presenta un feed de actividades e información de nuestros contactos dentro de la app. Podemos agregar amigos y realizar distintos retos. Eso, indudablemente, me parece vital, pues nada como participar en concursos y tratar de ganarle a amigos y gente conocida en el número de pasos en una semana, o en las actividades que realizamos. Es como una especie de Facebook, para gente activa.
Con la app es posible cambiar la carátula por algunas preestablecidas, configurar qué notificaciones queremos recibir como si fuera un smartwatch y asignar respuestas automáticas, que sólo funcionan en Android y no en iOS. También podemos suscribirnos para tener una serie de actividades y ejercicios guiados más avanzados. Y también podemos dar de alta Spotify para controlarlo desde la banda deportiva, aunque no podemos almacenar canciones por lo que en este sentido, sí es necesario tener el teléfono cerca.
También es compatible con Fitbit Pay y en México algunos bancos son compatibles con este sistema, por lo que pude dar de alta mi cuenta bancaria. Esto facilita los pagos sin contacto, útil en estos tiempos de confinamiento por Covid-19.
La banda más completa
Puedo decir que la Fitbit Charge 4 es, quizás, la banda deportiva más completa y funcional con un aspecto social como ningún otro. Su batería me llegó a dar unos 6 días antes de tener que cargarla de nuevo, aunque prometen hasta 7 días, todo depende de que tan activo seas, supongo.
Su precio no es el más asequible y el cargador propietario puede ser un problema en caso de extraviarlo. Pero a cambio, puedes estar seguro que vas a recibir un producto muy completo que te hará preguntar: ¿realmente necesito un smartwatch, cuando esta banda me ofrece un seguimiento deportivo muy completo y casi todas las funciones de un reloj inteligente?
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