Olvidé mi iPhone en el Uber y ésta fue mi experiencia

La suerte y la buena educación de un pasajero me ayudaron a recuperar mi teléfono

Antes de contar mi pequeña anécdota, quiero dejar claro que soy fan de Uber desde que llegó a México. En los casi 2 años que llevo utilizando el servicio, nunca me había quejado de nada, al contrario, siempre he recibido un excelente trato por parte de los conductores, ya sea que viaje en UberX o Uber Black.

Bueno, comencemos la historia. El viernes pasado salí por la noche a celebrar el cumpleaños de un buen amigo, y como hombre responsable que soy, decidí ir en Uber para poder degustar unos tragos coquetos y no tener que manejar de regreso, además de que no había donde estacionarse. Cuando vi que era hora de volver a casa, pedí un UberX que me recogió y llevó a casa sano y salvo como siempre. El problema fue que, por un descuido, no guardé bien mi iPhone en la bolsa del pantalón y se quedó en el asiento.

A los pocos segundos de bajarme del auto me di cuenta de que no traía mi teléfono, pero era muy tarde: no pude alcanzar al conductor. Lo primero que pensé fue: en mi mail ya debe estar el recibo del viaje y ahí puedo encontrar el teléfono del conductor para comunicarme con él. Entré en mi casa, prendí la computadora y una vez dentro de mi mail me di cuenta de que el recibo sólo trae lo que costó el viaje, un resumen de éste y el nombre del conductor, nada más.

Mi siguiente idea fue entrar en Uber.com y pedir ayuda, pero la única opción cuando olvidas algo en alguno de los vehículos de la compañía es enviar un reporte. Obviamente, mi preocupación era que alguien más se subiera y se lo llevara, así que esa opción me pareció inútil, lo que necesitaba era contactar en ese instante al conductor para informarle de mi descuido y pedirle por favor que regresara para recuperarlo.

Un reporte no era lo que necesitaba
Un reporte no era lo que necesitaba

La tercera opción fue marcar mi número desde el smartphone de mi esposa, pero como estaba en silencio, de ninguna manera el conductor lo escucharía. La cuarta y última opción era salir a buscar el UberX. ¿Cómo lo hicimos? Pues gracias a la app de familia podíamos ver que el iPhone seguía encendido y se movía por la ciudad. El problema fue que la ubicación del teléfono no se actualizaba suficientemente rápido. Cuando por fin llegábamos al lugar donde supuestamente estaba, se había movido varios kilómetros.

Por fortuna, después de perseguir al UberX por las calles de la Condesa y la Roma, recibimos una llamada de mi teléfono. Una mujer muy educada y considerada había subido al coche y había visto mi iPhone en el asiento. En lugar de entregárselo al conductor decidió que sería mejor marcar al contacto de emergencia y encargarse de entregarlo directamente al dueño. Gracias a que nos encontrábamos cerca llegamos rápido al edificio donde vivía y recuperamos mi teléfono. Agradezco infinitamente a esta mujer que se tomó la molestia de contactarnos y devolver mi iPhone.

Entérate: Taxistas agarran a batazos un Uber en la Roma

Tengo que aceptar que aunque mi esposa y yo estuvimos estresados y preocupados, fue emocionante nuestra pequeña persecución por la ciudad, sobre todo porque la aventura tuvo un final feliz. Sin embargo, creo que el problema provocado por mi torpeza pudo haberse solucionado de una manera mucho más sencilla. Si hubiera un teléfono de atención al cliente, seguramente habría sido muy fácil localizar al conductor e informarle mi descuido.

En fin, el objetivo de esta anécdota es recordar a todos los usuarios de Uber y cualquier otro servicio de transporte, que antes de bajar del vehículo siempre revisen que no olvidan nada. También aprovecho para recomendar a Uber que implemente algún tipo de servicio al cliente que satisfaga mejor las necesidades de los clientes, sobre todo en caso de alguna emergencia o situaciones que requieran una acción rápida, como en este caso. De esa manera, tanto los conductores como los pasajeros se sentirán más seguros y confiados.

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