El 11 de enero de 2013, el mundo de Internet se conmocionó con la noticia del suicidio de Aaron Swartz. Con sólo 26 años de edad, el activista y genio de la informática, dedicado a hacer de Internet un lugar más libre y justo, decidió acabar con su vida. Muchas personas desconocen su historia, pero los ideales por los que luchaba deberían ser importantes para todos, y con esto en mente, compartiré con ustedes algunos detalles de su trayectoria y su legado.
Inicios
Desde temprana edad, Aaron se involucró en el mundo de la informática gracias a que su padre fundó Mark Williams Company, empresa desarrolladora de software. De igual manera, su inquietud por el conocimiento lo llevó a dejar el sistema escolar tradicional cuando cursaba el primer año de preparatoria para enfocarse en lo que realmente le interesaba. Cuando tenía 14 años, formó parte del grupo de programadores que desarrollaron las especificaciones RSS 1.0, tecnología para transmitir contenido externo procedente de sitios que se actualizan frecuentemente, como blogs o portales de noticias.
Posteriormente, se convirtió en miembro del grupo de trabajo de RDFCore en el World Wide Web Consortium (W3C, por sus siglas en inglés), codiseñó el formato de lenguaje Markdown con John Gruber y contribuyó a diseñar la capa de código de las licencias Creative Commons.
En 2004, se inscribió en Stanford pero desertó un año después porque a su parecer "no encontró una atmósfera muy intelectual, la mayoría de los jóvenes parecían no estar preocupados por sus estudios". Fundó la empresa Infogami, cuya plataforma wiki, empleó posteriormente para desarrollar la arquitectura del sistema Open Library y la infraestructura digital web.py. Meses después, Infogami se fusionó con reddit y en 2006 la adquirió Condé Nast. Para entonces, Swartz se dedicaba de lleno al activismo.
Labor social
A los 21 años, fundó el sitio Watchdog.net y publicó su Manifiesto de la guerrilla por el acceso abierto, en el cual expresaba la necesidad de que la educación estuviera al alcance de cualquier usuario de Internet. En él también señalaba que el conocimiento y la información pertenecen a todos por igual.
"No hay justicia al cumplir leyes injustas. Es hora de salir a la luz y, siguiendo la tradición de la desobediencia civil, oponernos a este robo privado de la cultura pública." —Aaron Swartz en su Manifiesto de la guerrilla por el acceso abierto
A pesar de no trabajar en la academia, Swartz fue un gran defensor de los valores académicos. Una de sus cualidades más notables fue su poderosa e incansable defensa a la libertad de investigación. Su postura siempre estuvo demostrada con hechos, por ejemplo al poner al alcance de todos un sinnúmero de documentos, como los artículos de la desaparecida revista Lingua Franca, los expedientes de las cortes de Estados Unidos alojados en el sistema PACER y los datos bibliográficos de la Biblioteca del Congreso, entre otros. Este tipo de acciones lo llevaron a tener graves problemas con el gobierno de su país.
Posteriormente, en 2010, fundó Demand Progress, un grupo dedicado al activismo en Internet, pieza clave en la lucha contra la Ley para detener la Piratería en Línea (SOPA, por sus siglas en inglés) y la Ley Protect IP (PIPA, por sus siglas en inglés). Ambas iniciativas proponían combatir la piratería y la violación de los derechos de autor en Internet, a costa del libre flujo de información en la red y la constante vigilancia por parte del gobierno estadounidense.
El caso JSTOR
Durante 2010 y 2011, Swartz utilizó la red de computadoras del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) para descargar más de 4 millones de artículos de JSTOR, biblioteca digital de revistas académicas. A causa de eso se le acusó de cometer 13 crímenes cibernéticos distintos en 2011.
Para algunos, la angustia y el estrés generado por el juicio y la posibilidad de ser encarcelado fueron algunos de los detonantes que provocaron que Swartz decidiera poner fin a su existencia tras 2 años de proceso legal. De haber sido condenado, la sentencia habría sido de 35 años de prisión y una multa de $1 MDD.
Familiares, amigos y simpatizantes del activista, condenan la severidad con la que el gobierno buscó castigarlo, pues se le trató como un criminal que buscaba su propio beneficio a costa de los demás. En su momento, Carmen M. Ortiz, secretaria de Justicia, comentó: "Robar es robar, ya sea que uses un comando de programación o una llave inglesa para romper un candado, ya sea que robes documentos, información o dinero. Es igualmente dañino para la víctima que vendas o regales lo que robaste".
Después de la muerte de Swartz, su familia publicó un comunicado donde se lee lo siguiente: "La muerte de Aaron no es sólo una tragedia personal. Es el producto de un sistema de justicia criminal lleno de intimidación y excesos gubernamentales. Las decisiones que tomaron los funcionarios de la Secretaría de Justicia en Massachusetts y del MIT contribuyeron a su muerte".
Su legado
No cabe duda: Swartz era súper dotado y un prodigio de la programación. Sus aportaciones en informática son relevantes, sin embargo, fue su compromiso con el bien común lo que lo hizo destacar.
Posiblemente su labor no sea muy conocida, pero hoy más que nunca debemos prestar atención a su discurso y visión del futuro. Actualmente en nuestro país, enfrentamos un caso similar al de SOPA, pues está en discusión una reforma de telecomunicaciones que amenaza con dañar el libre acceso a Internet y nuestra privacidad como usuarios de éste.
"Al final, ¿las fuerzas que buscan controlar, bloquear y limitar el acceso prevalecerán sobre el acceso libre? La respuesta depende de ti." —Aaron Swartz
Es momento de aprender de este valiente joven, que luchó por el derecho universal al acceso a la información y exigir que las autoridades de nuestro país respeten el que nos corresponde.
En una de sus últimas entrevistas, Swartz comentó: "Existen 2 perspectivas opuestas. La primera, en la que todo es maravilloso: Internet ha traído consigo libertad y grandes posibilidades, todo es fantástico. Por otro lado, la segunda establece que todo es terrible: Internet es el culpable de que existan herramientas que descifran, espían y controlan
todo lo que decimos." Esta paradoja, una de las más grandes que había enfrentado, lo llevó a concluir: "Ambas son verdad. Internet ha hecho las 2 cosas."
Swartz tenía razón, en la historia de la humanidad, cada descubrimiento y avance se ha visto afectado por el uso que le damos. Sea el fuego o la energía nuclear, el ser humano ha tenido la opción de usarlos con fines constructivos o destructivos, sin embargo, Swartz estaba convencido de que ahora, más que nunca, la gente tiene el poder de cambiar la situación bajo la premisa de que Internet y la información nos pertenecen a todos.
Próximamente se estrenará un documental de la vida de Swartz llamado The Internet's Own Boy. En él veremos su trayectoria, su lucha por defender la justicia social y la manera en que buscaba utilizar la tecnología como una fuerza para hacer el bien basado en la vida. Su ejemplo demuestra que, aún cuando existen personas tan inteligentes como él, que amasaron grandes fortunas con sus creaciones y empresas, siempre están los que trabajan porque este mundo sea un lugar mejor, sin importar el precio. Ese es el verdadero legado de Aaron Swartz.
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