CES 2014: Tecnología portable: ¿el futuro o sólo una moda pasajera?

CES 2014 está por terminar y no cabe duda de que una de las tendencias más fuertes fue la tecnología portable. En esta fase inicial, los brazaletes para medir la actividad física y los relojes inteligentes son los primeros en querer formar parte de tu vida diaria. Entre los ejemplos importantes se encuentran Fitbit Force, Nike Fuel, Lifeband Touch, Pebble, Galaxy Gear y Toq; sin embargo, diariamente más empresas lanzan atractivas propuestas que, en esencia, cuentan con las mismas funciones, pero sus detalles y el diseño las diferencian del resto. Con el paso de los años, es probable que la oferta y variedad crezca.

A pesar de ser innovadores, estos artefactos no son del todo nuevos: existían variantes, pero estaban enfocadas en el nicho de la salud y la práctica de ciertos deportes, y sus funciones eran limitadas. Lo que es un hecho, es que llegó el momento en que darán el salto al mercado masivo, como ocurriera en su momento con el teléfono celular. Algunos piensan que es una moda pasajera, algo que se intentó introducir en el pasado y fracasó o que las funciones que ofrecen son superfluas. Las cosas han cambiado, la tecnología ha evolucionado y también nuestra manera de interactuar. Hace unos años, no imaginábamos ver una película de alta definición en nuestro teléfono; es más, generaciones anteriores no concebían ni veían la utilidad de cargar un celular todo el día. Recuerdo a mi abuelito decir: “¿para qué traer un teléfono todo el día? Que me hablen a mi casa y si no estoy, ni modo.”

Es normal pensar diferente con el paso del tiempo. Antes, consideraba inútiles los reproductores MP3, sin embargo ahora me parecen el mejor invento y no puedo vivir sin ellos. La tecnología está lista para colocarse en nuestro cuerpo. Pantallas delgadas y pequeñas, conectividad veloz y sencilla, baterías eficientes y de más duración, son indicadores de que es el momento de dar el siguiente paso.

No hablamos de especulaciones, existen estadísticas que señalan una tendencia. Un estudio de la Universidad de Londres encuestó a 4000 adultos de Estados Unidos y Reino Unido y sólo 18% indicó utilizar tecnología portable. De estos usuarios, 82% en Estados Unidos y 71% en Gran Bretaña comentaron que los dispositivos mejoraban su vida de algún modo. Sorprendentemente, 13% no se quitan el accesorio en el día y 7% admitió revisar la información mostrada en la pantalla, por lo menos, cada 5 minutos.

Por otro lado, Credit Suisse estima que el valor actual de la categoría oscila entre $3 mil MDD y $5 mil MDD, cifra que para 2018 podría ascender a $19 mil MDD.

El componente social es otro aspecto interesante del tema, pues la tecnología ha modificado la manera en que nos relacionamos e interactuamos: las redes sociales, el correo electrónico y la mensajería instantánea modificaron la comunicación, pero los cambios no se detienen. Lo que sucederá es que la sociedad dictará qué es útil y atractivo de estos nuevos dispositivos y se convertirá en algo aceptado.

Un ejemplo polémico es Google Glass: algunos repudian la idea mientras que otros no pueden esperar para tener uno de estos dispositivos en su rostro. Las ventajas llegarán tan lejos como lo permita la imaginación de los desarrolladores, pero ciertos detalles frenarían su adopción, por ejemplo, lo incómodo de entablar una conversación con un extraño que porte una cámara en sus lentes ―sería fácil pensar que te está grabando―. Quizá la sociedad no esté lista para algo así, pero los usos en campos específicos de trabajo pueden ser muy importantes. Existe el caso de un médico que operó una rodilla y transmitió el procedimiento a las computadoras de sus alumnos gracias al dispositivo. Hay millones de ideas tan útiles y novedosas como ésta; el tiempo dirá si se vuelven realidad.

Esto nos lleva a pensar en otro tema que circula por todos lados: el Internet de las Cosas. Tal concepto se refiere a que la tecnología que utilicemos, sean medios de transporte, electrodomésticos, teléfonos, tecnología portable y más, se comunicarán entre sí, intercambiarán datos y nos proveerán información útil aplicable a la salud, el consumo de energía, las finanzas y más aspectos de la cotidianidad.

En mi opinión, esto no es el futuro, sino el presente y simplemente presenciaremos su evolución. Independientemente del momento en que decidamos subir al tren de la tecnología portable, éste continuará su camino. La pieza clave es nuestra participación: será fundamental el involucramiento colectivo para definir y optimizar los servicios que brinde este tipo de tecnología.