Todo aficionado a la ciencia ficción ha consumido una buena cantidad de películas situadas en el espacio. Desde 2001 (Kubrick, 1968) hasta Alien (Scott, 1979) y la corrida original de Star Trek, además de su reboot. Es la completa inmensidad y casi absoluto desconocimiento de todo lo que no es nuestro planeta lo que nos atrae. Es la oscuridad en la que no quieres estar, pero siempre echas un vistazo.
Con Gravity, el director mexicano Alfonso Cuarón enfrentó diversos problemas. El principal, desde luego, es el planteamiento original: prácticamente 95% de la cinta sucede en el espacio. Luego, el cambio de protagonistas, una y otra vez, puso en duda la viabilidad del proyecto y, al final, la renuencia a desarrollar el guión con un tema más a lo Hollywood. Todo ello se resolvió al final, pero apareció un nuevo reto: hacer funcionar la película.
En Gravity, la doctora Ryan Stone (Sandra Bullock) se encuentra dando mantenimiento a algunas piezas de equipo que han sido conectadas al Hubble, en compañía de Shariff, un técnico de la NASA y Matt Kowalski (George Clooney), un astronauta veterano en su última misión. Después de la destrucción de un satélite ruso, la tarea se complica, al punto en el que Stone y Kowalski quedan a la deriva en el espacio.
Hablaré de las actuaciones en un momento, pero además de ellas, es el aspecto técnico lo que realmente nos sumerge en la historia. Es decir, Sandra Bullock y George Clooney podrían haber hecho un trabajo mediocre, malo o sublime, pero eso no habría sido suficiente para que Gravity funcionara.
Estamos, junto con los protagonistas, situados en la órbita terrestre, lo que no lleva a ver aspectos de la Tierra con detalle exhaustivo. En ningún momento estos escenarios se ven falsos, a pesar de ser completamente creados por computadora. De hecho, la película es una combinación de escenarios digitales, animación y efectos prácticos, además del uso de robots para manipular la posición de los actores en ciertas secuencias.
Creando el espacio
El proceso para filmar la historia implicó desarrollarla desde cero con animación. Generalmente, el storyboard de las cintas se hace con, pero el de Gravity exigía mucho más debido a que las escenas en interiores (hey, nada de spoilers) requirieron el uso de un robot del estilo de los que se encuentran en las armadoras de automóviles. Esta construcción permitía al equipo el controlar los movimientos de los actores, como si fuesen marionetas, para simular la ingravidez espacial.
Por otro lado, fue necesaria la creación de una Caja de Luz, un cubículo tapizado con luces LED para recrear la iluminación correcta que tendrían los personajes de Bullock y Clooney. Un ejemplo claro de ello se observa en uno de los avances, en el que la doctora Ryan gira sin control en el espacio.
La animación, completamente detallada, fue necesaria para programar las computadoras que controlarían los robots, los escenarios y, en ocasiones, algunas piezas de vestuario. El resultado es de admirar, ya que en ningún momento se sienten falsos. Ver la película en 3D, a diferencia de otras producciones, es necesario para una experiencia más inmersiva. De hecho, Gravity fue concebida así desde el principio por Alfonso y Jonás Cuarón. El estereoscópico no está ejecutado para estorbar o impactar de manera gratuita, sino para que el espectador se involucre más.
La sensación que transmite este cúmulo de logros técnicos, aderezados con la fotografía diseñada por Emmanuel Lubezki, es una combinación curiosa. La vastedad del espacio hará trizas a los agorafóbicos, pero las tomas en primera persona desde la perspectiva de Bullock será material de pesadillas para quienes padezcan claustrofobia. La combinación logra que una cinta corta para los estándares actuales (90 minutos), se sienta como un producto de 2 horas. Esto no quiere decir que se torne pesada, sino que la calidad de lo que está en pantalla hace mucho más completa la experiencia.
Ciencia y entretenimiento
Las actuaciones de Bullock y Clooney no están mal. La realidad es que, a pesar de que los papeles originales estaban pensados para Natalie Portman (Thor, Black Swan) y, en cierto punto, Robert Downey Jr. (Iron Man), pareciera que la personalidad de ambos actores permea a los personajes. Clooney es de nuevo un tipo encantador y dicharachero, lo cual no precisamente explota su rango. De los 2, tal vez Bullock es la que domina la pantalla, ya que es por medio de sus ojos que exploramos la oscuridad espacial, debido a que es su primera salida del planeta y somos sus compañeros en esta aventura.
La física de los elementos en pantalla es verosímil, aunque es manipulada en varias ocasiones, más por hacer avanzar la trama que por engañar a la audiencia. Algunos movimientos de los personajes son imposibles en gravedad cero, mientras que la disposición de ciertos elementos en el espacio no es precisamente la adecuada.
Uno de los científicos más célebres en la última década, Neil deGrasse Tyson, ha dedicado algo de tiempo a corregir la ciencia detrás de Gravity. Por ejemplo, la posición de la Estación Espacial Internacional, el telescopio Hubble y la Estación Espacial China es prácticamente una línea recta, aunque en el mundo real se encuentran a distintas altitudes. Eso no es lo único, deGrasse Tyson también notó que las órbitas de los satélites estaban invertidas y que el cabello de Sandra Bullock no flotaba en gravedad cero. Todo ello, lo comunicó por medio de su cuenta en Twitter.
El veredicto
Como producto, Gravity es una experiencia única. Sí, tiene esos errores científicos, pero la realidad es que muy pocas personas sacarán su mapa estelar para cotejar que las estrellas estén en la posición correcta. No se trata de exactitud astronómica, sino de comunicar 2 aspectos, principalmente: la sensación de encontrarse a la deriva en el infinito y la búsqueda de la sobrevivencia, sin dejar de lado el significado de ésta, el seguir adelante. No hay un momento desperdiciado y saldrán muy satisfechos de la proyección.
Gravity se estrena en México el 18 de octubre, en una corrida comercial que incluirá casi 1000 copias. A la par, abrirá la undécima edición del Festival Internacional de Cine de Morelia. Si todavía tienen dudas, vean el tráiler más reciente a continuación.
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