Apple rara vez muestra un adelanto de su hardware y en realidad prefiere dar a conocer la versión final para lanzarla pocas semanas después. Por eso, cuando Tim Cook subió al escenario durante WWDC 2013 para mostrar la nueva Mac Pro, quedó claro que la empresa californiana y sus ingenieros estaban particularmente orgullosos de su hazaña. Y es que esta nueva versión podría considerarse una revolución debido a que no sólo rompe con los estándares de sus antecesores, sino que demanda un acercamiento diferente por parte de los usuarios.

En términos simples, no deja de ser una computadora, tiene botones y ranuras, funciona sobre Mac OS X —Mavericks— y requiere cableado, pero Apple replanteó completamente el concepto de estación de trabajo, imponiendo una vanguardista tendencia de diseño y arquitectura interna. Lo interesante es que dentro de este enigmático cilindro se esconde uno de los sistemas más poderosos de la actualidad que además, viene en un modelo compacto.

Desde 2006, Apple prefirió apegarse a un diseño clásico de gabinete en forma de torre, decorado con aluminio perforado y un par de agarraderas; contrario a la estilizada tendencia de otras Mac, ésta era demasiado aparatosa. La edición 2013 conserva la resistencia metálica pero la tiñe de negro pulido y el resto es radicalmente distinto, comenzando por la forma que ahora es un cilindro de 16.76 cm de diámetro y 25.14 cm de alto.

Dentro de este reducido espacio los componentes se alinean en 3 compartimientos, uno que aloja la placa principal con procesador y RAM, y otros 2 que contienen las tarjetas de video. La razón por la que cada sección está separada es la ubicación central del sistema de enfriamiento, que contiene un gigantesco ventilador que hace fluir el aire hacia arriba de manera equitativa y eficiente. Dado que el acomodo también está en función de economizar espacio, Apple eliminó todo el excedente de componentes, así que con mayor razón el usuario no podrá alterar la mayor parte del hardware, si acaso lo más sencillo será reemplazar la memoria.

En materia de octanaje, la nueva Mac Pro tiene un procesador Xeon E5 de hasta 12 núcleos a 3.9 GHz, con soporte para instrucciones de punto flotante de 256 bits y para apoyar la vertiginosa tasa de transferencia, recurre a conexiones PCI Express de tercera generación que se comunican a 40 GB por segundo. El RAM tiene 4 ranuras con capacidad para 1866 MHz y que dependiendo de la configuración, puede ascender hasta 64 GB. Por último, el almacenamiento va de 256 GB a 1 TB en estado sólido, lo que ofrece un incremento de 10 veces en comparación con un disco duro SATA y más del doble del ofrecido por SATA de estado sólido.

Mientras el procesador es el corazón de la nueva Mac Pro, los pulmones son la mancuerna de GPU que auspicia AMD. Produciendo 7 teraflops de eficiencia, los chips FirePro cuentan con 4069 núcleos, un bus de memoria de 384 bits y una tasa de transferencia de 528 GBps. Para dar contexto a los números, la máquina es capaz de desplegar gráficos en 3 monitores 4K mientras renderea un video Ultra HD sin que el sistema se colapse.

La edición 2013 de Mac Pro llegará en diciembre, partiendo de $2099 USD.