Para los amantes de las teorías de conspiración, la recién anunciada compra de productos y servicios de Nokia por parte de Microsoft fue la culminación de un plan que se gestó durante casi media década. A la realidad, aunque Stephen Elop no sea el caballo de Troya que tanto proclama la industria finlandesa, es un hecho que Microsoft al fin tendrá su propio fabricante de móviles, pero al parecer Nokia también obtendrá grandes beneficios, más allá del efectivo involucrado en la compra, pues las acciones de la compañía se dispararon 45% tan sólo en lo que va del día.
A partir de 2014 no volverá a haber otro teléfono bajo el sello de Nokia
La ironía es que el valor de los activos de Microsoft cayó 5% y no es para menos, se trata de un movimiento arriesgado, si bien prometedor y potencialmente provechoso. Por supuesto, la reacción de los analistas financieros y de los inversionistas de ambas compañías ha sido sumamente polarizada.
En particular, hay empresarios en Finlandia que lamentan la pérdida de uno de los pilares de la industria tecnológica de su país, como Alexander Stubb, quien en su papel como ministro de relaciones exteriores dijo que "el milagro de Nokia se había mantenido vivo y digno durante mucho tiempo, luchando para sobrevivir en un mercado dominado por Apple y Google, pero mantener esa batalla durante más tiempo y sin ayuda hubiera sido imposible".
Cabe señalar que a partir de 2014, cuando se concrete la adquisición, Nokia se quedará con una fracción de sus negocios, pero aunque será una empresa mucho más pequeña, seguirá teniendo de cliente principal a Microsoft, al proveer desarrollo e investigación de nuevas tecnologías, así como brindar servicios de geolocalización.
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