Según declaraciones del presidente de Rusia, Vladimir Putin, la próxima batalla para ejercer el dominio tecnológico en el mundo ya no gira en torno al desarrollo de armas ni a la carrera espacial, sino a la inteligencia artificial. Según Putin, el “futuro pertenece a la inteligencia artificial” y el primer país que logre dominar esta categoría se convertirá en el líder mundial. Muchos expertos tomaron estas palabras como una clara declaración de que Rusia pretende entrar de lleno a la carrera por lograr desarrollar inteligencia artificial de vanguardia.
Además, el presidente ruso añadió que no quisiera ver que nadie monopolice este campo y que Rusia está dispuesta a compartir su conocimiento acerca de inteligencia artificial con el resto de mundo, de igual manera que ha compartido su tecnología nuclear. Ahora, esta aseveración debe ser tomada como la de que Rusia comparte todos sus secretos nucleares, ya que seguramente el gobierno de este país tiene sus secretos más importantes fuera del ojo público internacional, sin embargo, deja abierta la puerta a la posibilidad de que Rusia comparta algo de su conocimiento.
China, Russia, soon all countries w strong computer science. Competition for AI superiority at national level most likely cause of WW3 imo.
— Elon Musk (@elonmusk) September 4, 2017
Un detalle curioso es que estas declaraciones parecen haber disparado las alarmas anti inteligencia artificial de Elon Musk, quien es uno de los detractores más vocales y empedernidos de esta tecnología. De hecho, Musk tweeteó que esta futura competencia entre las naciones por desarrollar la tecnología de inteligencia artificial más avanzada seguramente desembocará en una Tercera Guerra Mundial. Posteriormente, nuestro CEO favorito aclaró que no necesariamente será la decisión de un gobierno el comenzar la guerra, sino que un sistema de inteligencia artificial podría hacerlo por su cuenta, al darse cuenta de que es la mejor manera para posicionar a sus humanos como los líderes del mundo. Claro que esto supondría que los gobiernos dejarían, por alguna razón, el control de sus sistemas de defensa y de ataque en manos de la inteligencia artificial.
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