A Japón le está costando mucho trabajo limpiar todo el material con radiación que quedó después de que un terremoto y tsunami destruyeran la planta nuclear Fukushima Daiichi en 2011. Lo intentaron con robots, pero no sobrevivieron a la radiación del área. Ahora, han arrancado con un sistema de refrigeración que congelará el agua de la zona para que no contamine más.
La Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA) anunció que TEPCO —la compañía que opera la planta nuclear— ha iniciado operaciones para congelar el subsuelo que rodea la planta como un perímetro que impedirá que el agua entre o salga de la planta. El muro medirá 1.5 kilómetros de largo y 30 metros de alto, su costo ha sido de 35,000 millones de yenes (312 millones de dólares) proporcionados por el gobierno.
Para congelar el suelo, los ingenieros insertaron tuberías por las que pasará salmuera refrigerada a -30 ºC. Se espera que el subsuelo helado selle 4 reactores dañados y reduzca la contaminación del agua de 400 a 50 toneladas al día.
Primero, TEPCO congelará una pared frente al mar y la mitad de otra cerca de la montaña vecina para evitar que el agua del subsuelo pase por debajo de la planta, se contamine y llegue al mar. El proceso completo de congelación tardará algunos meses más.
Esta medida se ha tomado porque se han detectado rastros de la radiación en el Océano Pacífico hasta llegar, en medidas muy bajas, a la costa occidental de Estados Unidos.
Aunque muchos dudan que este método funcione, los ingenieros tienen los dedos cruzados y esperan que sea suficiente para proteger el ambiente y a nosotros mismos.
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