Está de más decir que estamos viviendo una época repleta de refritos, reboots y secuelas sin motivo, pero justo por películas como éstas es que una gran parte del público pone en tela de juicio un remake, incluso antes de siquiera ver el primer trailer.
Punto de Quiebre es uno de estos remakes innecesario que nadie estaba pidiendo. La película original de 1991 es un clásico de culto del cine de acción con el que muchos de nosotros crecimos. Los protagonistas de la cinta eran 2 de las estrellas más grandes del momento: Keanu Reeves y Patrick Swayze.
El problema de esta nueva versión no es la falta de "estrellas", Edgar Ramírez es un buen actor y Luke Bracey cumple bien. Tampoco falla porque las escenas de acción sean malas, de hecho están filmadas con extremo cuidado y realismo. Ericson Core hizo un gran trabajo dirigiendo una cinta llena de adrenalina y tomas altamente complicadas. El verdadero problema está en la historia. En lugar de tratarse de un grupo de roba bancos que se alimentan de la adrenalina de la vida criminal y el surf, los protagonistas de este remake son un grupo de hipsters que se sienten paridos por Zeus y cuya motivación para romper las reglas no tiene sentido alguno. Esto provocó que no desarrollara absolutamente nada de empatía con ninguno de los personajes.
Mi opinión es que en lugar de tratar de sacar provecho de un clásico al usar su nombre, debieron haber escrito otra historia y acompañarla con estas impecables escenas de acción, en lugar de destruir la esencia de Punto de Quiebre. Si eres fan de la original, te recomiendo que te mantengas alejado de esta cinta. Si por alguna razón no has visto la versión de 1991 y tienes ganas de ver buenas escenas de acción, mi sugerencia es que veas la nueva primero y luego te quites el mal sabor de boca con el peliculón original protagonizado por Reeves y Swayze.
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