La ciencia ficción ha ilustrado fascinantes –y a veces también escalofriantes– escenarios para el futuro de la inteligencia artificial, pero haciendo a un ladolas utopías, el desarrollo de sistemas inteligentes más avanzados podrían traer beneficios inmediatos a la humanidad. Google y la NASA construyeron un laboratorio de tecnología cuántica para resolver problemas que superan la capacidad de las computadoras tradicionales.
Esta mancuerna no estará sola con la iniciativa. D-Wave Systems, una de las empresas con más experiencia en vanguardia de procesamiento cuántico, proveerá el equipo necesario para llevar a cabo el proyecto, mientras que personal de la Asociación de Universidades para la Investigación Espacial estará a cargo de operar los sistemas. La razón de que se necesiten expertos tan especializados, más allá de lo experimental de esta tecnología, es que la supercomputadora no se basa en sistema binario, sino en un modelo más complejo (que parte de los qbits).
A diferencia de una computadora común, la cuántica permite diseñar soluciones a problemas de situación variable que involucran creatividad, gracias a planteamientos matemáticos multidimensionales. La arquitectura de estos sistemas podrá ser excesivamente complicada, pero sin duda promete ser el cimiento para el siguiente gran paso de la computación.
“Para que una máquina sea genuinamente inteligente y pueda aprender por sí misma, necesitamos crear mejores sistemas. Si queremos curar enfermedades, debemos construir mejores modelos de cómo se comporta un virus. Al construir el buscador infalible, hace falta entender cada pregunta para ofrecer una respuesta certera. El entendimiento de los cambios climáticos sólo será posible si damos forma a un efectivo motor de pronóstico ambiental”, explicó Hartmut Neven, director de ingeniería para Google, seguro de que el laboratorio contribuirá a resolver muchos dilemas que sufre la humanidad.
Por fortuna, este centro de desarrollo no será exclusivo para sus autores, está abierto a todos los interesados de la comunidad científica, quienes podrán solicitar acceso a los recursos a partir del verano de 2013.
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