A partir de la próxima actualización importante de Android, Google implementará un nuevo sistema de seguridad con base en la encriptación de todos los datos del dispositivo, incluyendo archivos del sistema y contenidos del usuario. Esta estrategia —que sigue los pasos de Apple con iOS 8— responde a la creciente oleada de hackeos masivos y vulnerabilidades, así como a la presión de diferentes gobiernos de tener acceso a la información de los ciudadanos.
Al contar con encriptación predeterminada, Android L facilitará las cosas para la gente que tiene poca experiencia con el manejo de configuraciones, pero sin duda será un problema para los usuarios con conocimientos avanzados, pues complica la instalación de ROM y otros tipos de personalización. Aunque Google permitirá desactivar la encriptación, queda la interrogante de qué tan bloqueado seguirá el sistema aún después de reducir el nivel de seguridad.
Lo cierto es que a diferencia de Apple, Google tendrá problemas para estandarizar la nueva medida de protección, pues el ecosistema Android está muy fragmentado y al inicio sólo una cantidad muy limitada de teléfonos y tablets recibirán la actualización 5.0, mientras que el resto seguirá rezagado durante meses o por tiempo indefinido.
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