Según un reporte publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, Ada Poon y su equipo de investigación desarrollaron un dispositivo minúsculo, aproximadamente del mismo tamaño que un grano de arroz, que puede ser recargado de manera inalámbrica. Lo interesante de este avance es que requiere una cantidad de energía similar a la de un smartphone y la radiación generada se encuentra dentro del rango aceptable.
La tecnología desarrollada por Poon se conoce como transferencia inalámbrica de campo medio, y opera bajo el principio de que las ondas electromagnéticas viajan de diferente manera dependiendo del material transmisor. Los investigadores crearon un método que permite transferir impulsos eléctricos desde un dispositivo a otro, pasando a través de la piel y el cuerpo humano.
Poon reveló que su invento podría usarse para desarrollar implantes que se encarguen de monitorear las funciones vitales de los usuarios, estimuladores eléctricos para corregir alteraciones eléctricas en el cerebro o como dispositivos para dosificar medicamentos de manera automática. En caso de que este sistema sea aprobado por la FDA (Food and Drug Administration) podríamos esperar una nueva generación de implantes médicos discretos, que no necesiten de la presencia de una batería reemplazable dentro del cuerpo del usuario.
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