Un grupo de físicos estadounidenses perfeccionó un sistema láser de alta energía pensado para alcanzar objetos lejanos. La tecnología podría implementarse en sensores de acción remota o en espectrómetros de larga distancia (lo que permitiría, por ejemplo, conocer con mayor precisión la composición química de un cuerpo celeste).
Los avances que incentivaron el proyecto se publicaron en 2008, fecha en la que físicos europeos intentaron inducir diferencias de potencial en las nubes (es decir, rayos) mediante un láser de alta energía. La proeza aún no es posible (actualmente, y al igual que hace 6 años, el mecanismo sólo activa eventos eléctricos menores), pero los científicos de América que trabajan en la mejora aseguran que están por conseguirla.
El reto para los físicos responsables de la investigación es estabilizar los rayos láser de alta energía. De acuerdo con ellos, este tipo de emisiones se comporta de manera distinta a los láseres ordinarios, pues al proyectarse forman filamentos ópticos, los cuales se degradan con rapidez y se disipan en el medio.
Para retardar ese fenómeno, el grupo de Estados Unidos utilizó un segundo láser de menor intensidad que se emite dentro del de alta frecuencia. Su función es proporcionar energía conforme ésta comienza a perderse, de manera que el filamento puede llegar a objetivos distantes. Los resultados de estas pruebas se publicaron recientemente en un artículo de Nature Photonics, donde se describe que un láser de alta energía alcanza una longitud de 20 cm por sí mismo, el cual se extiende hasta 2.2 m con la ayuda de un segundo haz luminoso.
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