La nueva Titan X es sorprendente... e innecesaria

Nvidia presentó la semana pasada la que podría ser la tarjeta gráfica más poderosa del mundo: la TITAN X. La nueva unidad insignia de gama premium cuenta con 12GB de VRAM GDDR5X, 3584 núcleos CUDA que trabajan a una velocidad de 1.53 GHz y flujo de información de 11 teraflops. Después de que la GTX 1080 (también nueva) mejoró a la TITAN de hace un par de años en specs y precio, era de esperarse que Nvidia iba a revelar eventualmente un coloso para los entusiastas. Desafortunadamente el costo tan elevado, de $1200 USD ($22,619 MXN), nos hace preguntarnos ¿vale la pena invertir en este monstruo?

En términos técnicos la respuesta debería ser afirmativa tan sólo porque tantos núcleos CUDA se traducen en un poder que, al menos por ahora, es incomparable. El problema está en que la relación de valor y costo está muy por encima de las necesidades de cualquier gamer, incluso de los que están más comprometidos (y que tienen cantidades descomunales de dinero, claro está). Y es que la TITAN X, basada en la nueva arquitectura Pascal, tiene un chip gráfico GP102 con 12 billones de transistores que corren a 250W, lo que la convierte no sólo en una pieza muy cara y avanzada de tecnología, sino también muy hambrienta de energía.

Para equilibrar esto, la tarjeta permite jugar en una resolución nativa de 4K, a 60 cuadros por segundo, y en general tres veces mejor rendimiento sobre la generación anterior de tarjetas. O al menos eso es lo que nos ha prometido Nvidia, pues no estará disponible hasta el 2 de agosto y por ahora no hay benchmarks que lo comprueben. Lo cierto es que las pruebas que se están haciendo con la GTX 1080 no son muy satisfactorias en cuanto a desempeño para resoluciones por arriba de 2K; es la mejor de su gama, sí, pero su capacidad para desplegar gráficos 4K a 60 fps en Ultra con alguno de los juegos que se usan actualmente como benchmark (The Division o Rise of the Tomb Raider), dejan mucho que desear.

Considerando que la TITAN X tiene la misma cantidad de núcleos CUDA que la Tesla P100, una tarjeta especializada de Nvidia para inteligencia artificial de aprendizaje profundo, estamos hablando de una pieza de hardware con gran potencial para los entusiastas que acostumbran experimentar, hacer benchmarks y practicar el overclocking. Se nos ocurre que en lugar de estar apelando al nicho del PC Master Race, la tarjeta súper poderosa de Nvidia es más una herramienta para poner en manos de usuarios el desarrollo de IA compleja. Lo interesante en todo casao para el ámbito del gaming sucederá en los usos que se le den a la TITAN X para realidad virtual, pues en teoría tiene potencia suficiente para desplegar juegos 2K a 60 frames en High o hasta Ultra en visores de VR. Si cumple esa expectativa, entonces justificará su precio.

La TITAN X cuenta con entradas para DisplayPort 1.43, HDMI 2.0b y DL-DVI. Tiene soporte para OpenGL 4.5, Vulkan API, DirectX 12, Nvidia Ansel, NVIDIA G-Sync, NVIDIA GameStream. Cuenta con un conector de 8 pins y uno suplementario de 6 pins y trabaja con PCIe 3.0. Puede combinarse con otras TITAN X ya que cuenta con soporte para SLI HB Bridge y NVIDIA GPU Boost 3.0. Todo esto le permite a la nueva TITAN X trabajar en varios monitores a la vez, a una resolución digital máxima de 7680 x 4320 a 60Hz.

En cuanto a diseño, la TITAN X, que por ahora sólo está disponible en Founder Edition, es similar en apariencia a la GTX 1080, pero en negro. Con ángulos agudos y rectos y un cuerpo de aluminio, es tanto elegante como futurista. Mide 26.67 cm de largo por 11.11 de alto.

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Esta tarjeta es la cuarta que lanza Nvidia en un mes, llenando todos los espacios de la generación previa con la intención de mejorar de manera impresionante sobre la tecnología existente. Falta ver qué tan reales son los números que promete Nvidia, cosa que sólo será posible una vez que todos los productos se encuentren en manos de los consumidores. Mientras tanto nos quedamos con muchas promesas.

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