Ciencia

Las fechas de "caducidad" de tu comida no significan lo que crees

¿Me lo puedo comer o no?

A diferencia de lo que la gran mayoría de la gente piensa, las fechas de “caducidad” marcadas en los alimentos no están diseñadas para ayudarnos a saber cuando las cosas ya no sirven y deben ser desechadas. Las fechas marcadas como: “venderse antes de”, “mejor antes de”, “consumir antes de” o en algunos productos de importación: “sell by”, “best if used by”, “use by” significan diferentes cosas y ninguna es para indicarnos cuando el producto ya está echado a perder.

¿Qué significan realmente?

“Venderse antes de” o "Sell-By": es la fecha que le indica a las tiendas por cuánto tiempo deben mantener en exhibición los productos para que se vean en las mejores condiciones. Debes comprar antes de la fecha indicada, pero no significa que ya no sirva.

“Mejor antes de” o "Best if Used By”: es la fecha recomendada para aprovechar el mejor sabor y calidad del alimento. No es una fecha que indique cuando expira el producto.

“Consumir antes de” o "Use-By": es la fecha en la que la calidad del producto comienza a bajar y ya no estará en su punto más alto. Esta fecha no indica que el alimento ya no sirva y dependiendo del producto, aún se puede ingerir sin riesgo unos cuantos días después de la fecha marcada.

Estas confusiones provocan que sólo en EUA se deseche el equivalente a $162 billones de dólares cada año en alimentos en perfecto estado para el consumo humano.

En 2011, un estudio realizado por el Food Marketing Institute, reveló que 37% de los consumidores desechan los alimentos basándose únicamente en las fechas marcadas como: “Consumir antes de” o "Use-By" —aunque ésta sólo indique el punto más alto de calidad determinado por el fabricante— lo cual no es lo mismo a que el alimento ya no sirva.

Estas fechas sólo nos deberían servir para calcular cuánto tiempo lleva el alimento en la tienda antes de llegar a tu despensa, y no para saber si es seguro consumirlo o no.

¿Cómo se calculan estas fechas?

Esto depende de múltiples factores y no existe una regla general, pero los alimentos duran más si tienen poco contenido de humedad, mayor acidez y alto contenido de azúcar o de sal. Muchos productores utilizan métodos como la radiación ionizada que elimina bacterias o utilizan conservadores como benzoatos que alargan la vida de los alimentos, pero que es tema de debate sobre si es saludable o no.

Grandes compañías realizan estudios de degradación microbiana que consisten en añadir microorganismos patógenos (que causan enfermedades) que causan preocupación para los productores. Por ejemplo, a la carne se le añade Listeria monocytogenes que causa listeriosis, una bacteria agresiva para el humano y que afecta gravemente a mujeres embarazadas. Después de añadir la bacteria, la carne es expuesta a las condiciones que normalmente experimenta para ser llevada al supermercado y finalmente a tu cocina. Se expone a cambios de temperatura, manipulación brusca, almacenamiento, etc.

Cada microorganismo dañino, tiene una dosis infecciosa distinta o la cantidad consumida que hace que la gente se enferme puede variar en cada persona. Después de mucho tiempo de almacenamiento, los investigadores hacen pruebas a la carne para determinar en qué punto, los niveles de microorganismos presentes son muy altos para poder ser consumidos de manera segura.

Basándose en la caducidad determinada por el estudio, las compañías pueden marcar sus productos con una etiqueta que indique “Consumir antes de” o "Use-By", la cual es calculada varios días antes de la fecha real de caducidad y así asegurarse de que el producto sea consumido mucho antes de su fecha límite segura.

Otra de las opciones que las compañías de alimentos pueden utilizar es un modelo matemático que ha sido desarrollado a partir de numerosos estudios de degradación microbiana realizados anteriormente. Las compañías pueden ingresar a una “calculadora” información como: un tipo de producto específico, contenido de humedad, nivel de acidez, temperaturas de almacenamiento, entre otras y así recibir una fecha estimada sobre la caducidad del alimento.

Muchas compañías realizan las llamadas pruebas de estática. Éstas consisten en lo mismo que los estudios de degradación microbiana, pero sin agregar bacterias o microorganismos. Los productos pasan por las mismas condiciones a las que estarían expuestos en el transporte y almacenamiento, hasta llegar a tu cocina. Las muestras son monitoreadas constantemente para checar la calidad, la existencia de microorganismos, el olor, la textura y todo lo necesario para determinar la fecha máxima en la que pueden ser vendidos los productos.

Todas las fechas indicadas en los productos que compramos son únicamente una guía para que el consumidor pueda calcular la fecha límite en la que debe consumirlo. Recuerda que siempre debes de confiar en tu olfato y sentido del gusto para comprobar que sea seguro comer algún alimento y no basarte únicamente en las fechas que aparecen en el empaque. Así evitaremos que toneladas de comida sean tiradas a la basura o enfermarnos con algo que ya no sirve, aunque su fecha de caducidad siga vigente.

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