A pesar de los constantes esfuerzos para popularizar la realidad virtual y aumentada —como Oculus Rift, Magic Leap, HoloLens y Google Glass—, este par de experiencias envolventes aún no son parte de la vida cotidiana... pero en 2020, podrían serlo. De acuerdo con un extenso análisis de Digi-Capital, se trata de una industria que tiene el potencial para crecer exponencialmente en muy poco tiempo y si se dan las condiciones adecuadas, se convertiría en un negocio capaz de generar $150,000 MDD al año. Lo interesante es que de las 2 vertientes, la realidad aumentada es la que tiene más oportunidad de crecer.
Es importante recordar que, si bien la realidad virtual lleva más tiempo en desarrollo y tiene más respaldo en la actualidad (con una gran inversión de capital e investigación por parte de Facebook, Oculus VR, Valve y HTC), la realidad aumentada tiene mejores herramientas para ser un producto integral con todas las actividades humanas. Por un lado, el VR ofrece un concepto inmersivo, al envolvernos en mundos virtuales sin limitaciones gráficas, mientras que la experiencia que brinda el AR está condicionada por lo que existe en el mundo real y por ello, es capaz de "aumentar" lo que vemos con algo de utilidad.
En principio, estas tecnologías parten del mismo punto, pero tienen una finalidad diferente. Y en opinión de varias firmas de análisis financiero, la realidad aumentada es equivalente a los smartphones en la época previa al iPhone. Sólo falta un Apple que dé el impulso final para que la popularidad estalle y que toda la gente quiera usar uno de esos visores en cada momento del día. Obviamente hace falta más que un diseño llamativo, pues Google Glass fracasó no por su estética, sino por la falta de valor genuino; después de todo, la promesa de un mundo altamente informativo visto a través de gafas inteligentes nunca se cumplió.
Fuente: Digi-Capital
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