BMW encontró un interesante uso para la impresión 3D: crear férulas para algunos trabajadores de la línea de producción en su fábrica de Munich. La compañía usó un escáner 3D con el fin de obtener una lectura exacta del dedo del usuario para después imprimir una férula personalizada que le evite lesiones por hiperextensión.
Los dispositivos están diseñados para los trabajadores encargados de introducir tapones de goma en algunos agujeros del chasis de los vehículos ―estos permiten que el exceso de pintura escape durante el proceso de producción―. El proceso básicamente implica tomar el tapón de goma, colocarlo sobre el agujero en cuestión y apuñalarlo con el pulgar hasta que entre y quede asegurado, lo que a la larga puede causar daño en los tendones de la mano.
Las nuevas férulas de BMW cubren el pulgar por completo e incluyen articulaciones que permiten que el dedo se mueva de manera natural, sin embargo, al extenderlo hacia atrás, las secciones se fijan para controlar la extensión del dedo y eliminar la presión ejercida sobre éste. Obviamente este producto es una pequeña muestra del potencial de uso de la tecnología 3D para resolver pequeños problemas.
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